Segundos
Cero y nada, el tiempo, fluir, fluye el agua, el tiempo mata,en el zumbido de sus agujas sientes la muerte, en el sonido recordado de su vigilante predilecto. Diez y nada, el tiempo, no espero cuando la esperanza es ya vana, aun asi respiro, temblando, requiebro el sonido de lo inaudito y vuelvo, la sombra reaparecera, es la culpa del sol, la misma culpa que yo cargo cada vez que siento. Veinte y nada, el tiempo, es sincero, la honestidad nos abruma, nos apabulla, y pocos los dichosos que la abrazan cuando esta es el fuego que nos quema la razon mas adusta, y temerle al tiempo es mas honesto que temerle a DIOS. Treinta y nada, el tiempo, aullas contra lo imponderable del fallecimiento, y no tienes ni fuerzas de sentirte aun, tus piernas se debilitan, cuando te encuentras implorandole al Señor. Cuarenta y nada, el tiempo, es pequeño, es el presente que nos otorga Dios, pero divago al persuadir mi filosofia, a una creencia tan difuminada de pasion, y puesto la fe no se reserva a la filosofia, habre de tomar ese presente de mis propias manos. Cincuenta y nada, el tiempo, es cada gramo de mi sensacion, tu cuerpo deshaciendose en miles de fragmentos, cuan amado espejo que muere con la sangre de su dueño, y el reflejo de la desilucion, habran muertes cuando aun peor tiempo para la distenderse en una oracion que abarcando tiempo diminuto sera mas que una eternidad, y lo dulce sera solamente una unica ocasion, perdida, en el tiempo que regalado se nos es arrebatado por el mismo Dios, y siendo mis palabras antagonicas, habre de decir, nosotros abandonamos por el simple temor, a la estaticidad que nos ofrece la paz.
Cincuenta y nueve y nada, el tiempo, pasa, paso, es mio, cuando recien lo obtengo lo pierdo, es de nadie pues es de todos a la misma vez, el tiempo, es pasado, nunca alcanza a ser presente, cuan la sonrisa de la Giaconda, habra de esconderse, fluyendo en mis manos, sin ser agua, se va, sin ser nada, es los mas importante que hay. Sesenta y... el tiempo dura mas que un minuto...